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ESTAMPIDAS.
- Abr 14 2010



Al igual que en aquellos westerns de los 80´s , donde uno de los ingredientes básicos del film era una estampida de búfalos, cada palomar padece sus estampidas particulares, a veces con funestas consecuencias.
Aquellas estampidas de reses generalmente eran originadas por un ruido estruendoso como un disparo de revolver; las estampidas de palomas también son originadas por un ruido inesperado por las palomas originado muy cerca del palomar.
En mi primer año de colombófilo , padecí 3 de estas estampidas que pone al bando en una histeria colectiva de tal manera que las palomas vuelan a una velocidad superior a la habitual alrededor del palomar , pero que actúan como si una fuerza magnética adobada con un miedo terrorífico al tejado del palomar les impidiera posarse en él.
El carrusel de miedo es imparable y una vez iniciado es difícil adivinar cuando va a parar. De vez en cuando una paloma ya cansada de tanto vuelo sin sentido , se queda colgada en el cielo haciendo un intento de posarse en el tejado , pero al ver que las demás palomas no le van a seguir en su intento, desiste de su empeño y es succionada de nuevo por bando y el vuelo suicida continúa.

La última estampida de mi palomar fue motivada al caer una calabaza hueca de esas que llaman de Santiago , que decoraba en cierto modo un muro de mi palomar .
El 23/5/05 a las 6 de la tarde , solté 99 pichones como todas las tardes ; a las 6,30 horas ,cayó la calabaza y todos los pichones salieron en estampida. A las 7 51 pichones con mucha precaución y recelos se posaron en el tejado del palomar y en tejados de los vecinos , el resto (48 pichones ) prosiguieron con su histeria colectiva. A las 9 de la noche, seguían volando a pesar de que la noche estaba encima , los círculos alrededor del palomar cada vez eran mas descéntricos y poco a poco el bando visible fue desapareciendo para solo escuchar de vez en cuando se oía el cortar de las alas el viento y el vuelo seguía y seguía. A las 11 de la noche perdí toda esperanza y me fui a acostarme para no poder dormir.
Al dia siguiente fueron llegando los pichones durante todo el dia como si viniesen de un concurso de fondo ; 6 de los pichones no volvieron jamás y otras 8 llegaron con contusiones, plumas rotas y desgarros en los buches.

Trato y no consigo imaginar donde o como pudieron aterrizar con aquella escasez/nulidad lumínica, pienso que se irían estrellando aquí o allá contra edificios, árboles, cables …… o simplemente se desplomaron por agotamiento.

He tratado de indagar a colombófilos de muchos años como se pueden parar estos vuelos de la muerte, parece que hay pocas soluciones, la mas práctica es procurar que a los pichones no les altere su tranquilidad un ruido inesperado , inhabitual o estruendoso cerca de su palomar.

Félix Martín Vilches

 

 

© Carlos Márquez Prats 2002 - colombofilo@carlosmarquezprats.com